3 leyendas populares poblanas

1.El animal. Cuentan las leyendas que durante la época colonial, existió una serpiente gigante que bajaba desde los bosques de la Malinche hacia la ciudad de Puebla, esta serpiente era temida por los pobladores y cada vez que se acercaba todos corrían a sus casas. Un día el hijo de uno de las personas más ricas de la ciudad fue devorado por la serpiente. En repuesta el hombre rico aseguro que entregaría parte de su fortuna aquella persona que matara a la serpiente, pero aun así nadie quería intentarlo, no fue sino hasta que un joven que estaba enamorado de la hija del hombre y se ofreció a ir tras la serpiente. El quería casarse con la hija del hombre rico pero debido a que este no tenía dinero la mano de la hija se le fue negada. El joven se adentro al bosque en busca de la serpiente y después de un tiempo regreso a la ciudad con la cabeza de la serpiente, después de esto se le fue entregada parte de la fortuna del señor junto con la bendición para el matrimonio entre él y su hija.
imagen2



2.La laguna encantada del Atoyac. Cuando Puebla recién era fundada, un hombre de 50 años llamado Basilio vivía en las orillas de la joven ciudad. Todos los domingos durante las mañanas él y sus sobrinos salían a caminar por las orillas del rio Atoyac. Un domingo como siempre, Don Basilio salió a caminar con sus sobrinos, después de caminar durante un tiempo, lograron ver a lo lejos una pequeña laguna. Don Basilio sorprendido decidió ir a investigar con sus sobrinos, el sabia que no existía anteriormente una laguna en ese lugar y deseaba saber que la alimentaba. Cuando llegaron se sorprendieron al ver que en ella había grandes cantidades de peces de muy bellos colores y el agua era muy clara, decidieron entrar a nadar, cuando lo hicieron los peces comenzaron acercarse a ellos y comenzaron a formar la palabra “auxilio” con sus cuerpos, cuando miraron esto Don Basilio y sus sobrinos salieron de la laguna y regresaron a su casa, cuando llegaron comentaron lo sucedido a sus familiares y vecinos. Al día siguiente todos salieron en busca de esta laguna pero nadie la encontró. Con el paso del tiempo fueron mas y mas las personas que encontraban este lugar, siempre los peces formaban la misma palabra. Hoy esa parte está cubierta por la ciudad, se dice que esas apariciones en una forma de evitar que se construyera la ciudad en ese bello lugar.
3. La fuente de los muñecos Allá por la década de los 30, en el corazón del actual barrio de Xonaca, se erguía una majestuosa hacienda, propiedad del entonces gobernador poblano Maximino Ávila Camacho. Cerca de la casa principal -que en nuestros días funciona como un convento- existía un viejo pozo que en algún tiempo proveyó del líquido vital a los lugareños. Uno de los capataces de la finca, tenía dos hijos: un jovencito y su pequeña hermana, que siempre se dejaban ver correteando y jugando juntos por los jardines y las caballerizas; bajo la advertencia de mantenerse lo más lejos que les fuera posible del peligroso pozo.
imagen2
>